miércoles, 26 de agosto de 2009

SIGNIFICATIVIDAD AL PALO

Cuando nos encontramos con una experiencia educativa enriquecedora, lo allí experienciado se transformará en un aprendizaje significativo.
Desde que comencé a transitar el camino de la formación docente estoy sistemáticamente escuchando "Aprendizaje significativo", de hecho, no hay proyecto docente que ignore esa frase, ni publicación que ose excluírla.
Pero, francamente, me cabe un dejo de desconfianza ante la inundación de un término, que sabemos, cuanto más usado, más vanalizado y diluído, finalmente, su esencial sentido: ¿alguien comprende realmente lo que significa?; lo planificado por los docentes en esos proyectos, ¿está orientado a la construcción del aprendizaje en forma significativa?
Sobre esto hemos pensado en nuestra cursada en la Licenciatura en Tecnologías Educativas, epecialmente en una cátedra que llamamos Tecno III. Todo esto llevado a la Educación Virtual, potencia fuertemente el debate epistemológico y pedagógico, al menos en mí, que desde hace 16 años no me abandona.

jueves, 20 de agosto de 2009

Entre lo debido y lo deseado

Nuestro hijo, Justo, de tres años ante cualquier desafío afirma con fortaleza: "Yo lo hago como yo quiero, es feo copiar".
Tanto nos esforzamos en hacer las cosas como "se debe", como dicen los otros, como dicen los libros, como dice el mercado, como dice el establishment que nos olvidamos de esa actitud de innovación frente a la vida. Efectívamente, es feo y, en el largo plazo, es bastante inútil copiar: las situaciones cambian, las realidades cambian, las personas cambian y lo predicho se vuelve inadecuado.
Tanto nos esforzamos en olvidarnos de ser auténticos que, a pesar de lo inadecuado, insistimos en repetir lo hecho a expensas de nuestra creatividad, y finalmente, a pesar de nuestro potencial.
Pensar nos mantiene sanos, crear y recrear nos sostiene vivos.
Cada proyecto que nace de nosotros nos entusiasma, nos renueva y nos protege. Cuando somos protagonistas de nuestro destino y dueño de las decisiones podemos comunicarnos desde la convicción y el afecto puesto que conocemos su esencia, reconocemos los antecedentes que nos inspiraron y somos concientes de la realidad que le dio vida, de sus necesidades, sus potencialidades y sus limitaciones.
Por copia los docentes llevamos a nuestras clases propuestas inadecuadas, por copia nos transformamos en usuarios de tecnologías inadecuadas, por copia aceptamos usos y costumbres con los que no estamos de acuerdo; y luego, nos estresamos, nos marchitamos. No somos dueños ni de nuestro tiempo ni de nuestro espacio, ni de lo que hacemos o dejamos de hacer... ¿O somos dueños a pesar de decir lo contrario?
A los tres años, aún conservamos la capacidad de enfrentarnos al "mandato" y lo hacemos a la medida de nuestros deseos y nuestras necesidades, aún conservamos los anticuerpos para enfrentar la copia. Elegir, crear, imaginar, planificar y hacerse cargo de esas decisiones, cambiarlas, ver más allá, tomar lo hecho y transformalo en lo necesario. "Dale que esto era..."


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Modos de interpretación


Sobre un mismo hecho, acción o fenómeno existen tantas miradas como observadores. Y cada una de estas miradas, teñidas de presupuestos y prejuicios, resultarán el argumento de un relato distinto, tal vez contrapuesto.
En una sociedad machista presuponemos que el macho es, indefectíblemente, más fuerte, más grande y finalmente, más poderoso que la hembra. Con frecuencia, en la naturaleza, la más fuerte, la más grande y finalmente, la más poderosa es la hembra.
¿De qué nos valemos cuando estamos expuestos a interpretar? Puesto que nada viene de la nada, nos valemos de las herramientas con que contamos: nuestra capacidad de interpretación, nuestros modos de pensamiento, nuestros conocimientos previo, nuestras percepciones.
Releyendo a Jaime Barylko me reencontré (la vida es cíclica) con un pequeño libro: "Sabiduría de la Vida", del que extraje algunos fragmentos que pueden abrir la puerta para otras herramientas, y ver la cosas de otro color.

domingo, 16 de agosto de 2009

Ensordecidos para ser cada vez más civilizados


Pensar, esta y otras realidades, desde la perspectiva de la complejidad abre tantas puertas como la Biblioteca Infinita en la que nos hizo entrar Jorge Luis Borges.
La linealidad y la simplificación conduce a ver las sombras de una manera cada vez más sesgada. Así como nos vamos volviendo sordos a los infinitos idiomas en nuestro convivir en un contexto lingüístico acotado, de la misma manera nos vamos volviendo sordos a las mútiple significaciones e interpretaciones de la realidad. La naturaleza no ha hecho el camino en dirección de disolver su inherente condición esencial e irracionalmente explícita: complejidad en su esencia, en sus componentes, en sus relaciones, en sus procesos, en sus mutaciones y evoluciones. El hombre, en su peregrinar por se "hombre" se ha alejado de esta conexión natural, ha fragmentado, ha simplificado según sus limitaciones. En pos de la racionalidad y de protagonizar los cambios, la civilización ha desoído la voz de su especie. Reencontrarse con su esencia y renarrarse desde esa perspectiva, he allí el desafío.

Recrear

Las acciones creativas tienen su fundamento en algún lugar de nuestra red de conocimientos previos, en el background desde el cual podemos saltar hacia otros destinos. De modo que cuando hablamos de creatividad no nos referimos a momentos de magnánima iluminación: del polvo venimos y al polvo vamos.
Hacer es poner en práctica, llevar al terreno de lo concreto algo que hemos imaginado y que, tal vez, en un rapto de suma capacidad de gestión, hemos planificado.
La distancia que separa la utopía de la realidad es inversamente proporcional a nuestra capacidad de llevar a cabo nuestros deseos: cuanto más podemos hacer de aquello que imaginamos, menor será la distancia que nos separa. Por definición, la utopía es inalcanzable, pero también por definción es el faro que nos marca nuestro rumbo, nuestras metas: hacia allí queremos llegar, y es en esa dirección, entonces que dirigiremos nuestra acciones.
Cuando logramos ir construyendo con firmeza los andamios en los que subiremos, iremos teniendo más éxito en este proceso de hacer. Recrear, transformar, reproducir aquello que hemos comprendido, que hemos aprendido y que hemos reinterpretado a través de nuestro hacer es una buena manera de avanzar.
Obviamente, el que hace se equivoca, y el que no hace... se calla la boca. En este camino de pasos, algunos firmes, algunos vacilantes, algunos dispersos, algunos saltos y algunos tropiezos, sólo participa el que hace, el que toma las herramientas (de tejer, de pensar, de pintar, de construir, de hacer) y está dispuesto a equivocarse.
En todo plan, destinamos un tiempo importante a indagar sobre los antecedentes: ¿qué han hecho otros?, ¿cómo han tenido éxito en esta empresa?, ¿cuáles han sido sus estrategias?, ¿conocemos sus fracasos?. Y luego, destinamos el tiempo para planificar nuestro accionar: ¿qué haremos?, ¿cómo tendremos éxito?, ¿cómo evitares los obstáculos que ya conocemos?
Finalmente ese hacer nuevo que hemos logrado es el producto de la cognición distribuida entre todos los que fuimos, los que somos y los que seremos; es el resultado precario de la participación conciente o no, intencional o no de los que ya han transitado el camino del recrear.

Sobre la repreoducción y la transformación, un artículo interesantísimo: http://www.unesco-lectura.univalle.edu.co/pdf/reproduccion_transformacion.pdf



martes, 11 de agosto de 2009

El espectáculo de la naturaleza





Aquietar el alma, relajarse y aprender a mirar lo que no vemos.
Cuando logramos "bajar un cambio" y destinar el tiempo para mirar lo que habitualmente pasa frente a nuestros ojos y no lo vemos, entonces será el momento en que podamos acceder al espectáculo de la naturaleza.
No necesitamos saber sus nombres científicos ni definirlos por familia, género y especie. Tampoco necesitamos viajar miles de kilómetros o internarnos en la selva impenetrable en experiencias propias de expedicionarios, malaria y arenas movedizas.
En la provincia de Entre Ríos, una tierra surcada por al menos 5700 cursos de agua, nos basta disponer de unos minutos, levantar la mirada y prestar atención. Una aventura de nuestros sentidos.

martes, 4 de agosto de 2009

Lo que no supimos resolver de la gripe

Más allá de las heridas que florecieron y que se hicieron visibles en nuestro debilitado sistema de salud pública, hay mucho más que los argentinos no supimos resolver de este conflicto que nos provocó la gripe A.
¿Supimos qué hacer con nuestros hijos y su tiempo de escuela en casa??
¿Supimos qué hacer con nuestros alumnos y su tiempo de escuela en casa??
¿Supimos qué hacer con nuestro rol de docentes y nuestros alumnos con veinte días menos de los 180??
De alguna manera sobrevivimos. Siempre sobrevivimos. El problema es que en la sociedad del conocimiento y la globalización no se trasciendo sobreviviendo. Resolvimos con herramientas que ya hace demasiados años supimos que no habían sido adecuadas, pero sobrevivimos con ellas.